LA PASADA TEMPORADA… no se celebró carrera de F1 en Estados Unidos, de hecho habría que remontarse hasta el 17 de junio de 2007, fecha en la que se celebró en el circuito de Indianápolis el último Gran Premio en tierras norteamericanas.
En aquella ocasión, Lewis Hamilton se alzó con una ajustada victoria superando, por poco más de segundo y medio, a su compañero de equipo, Fernando Alonso. Con ello, el equipo McLaren obtenía en la séptima carrera de la temporada su tercer doblete del año.
Aquella temporada tuvo un claro dominio del equipo británico, marcada por la lucha fratricida que enfrentaría a sus dos pilotos hasta los últimos compases del campeonato. Esta lucha interna permitiría finalmente al finlandés Kimi Räikkönen hacerse con el campeonato con el escaso margen de... ¡un punto de ventaja sobre el enfrentado dúo Hamilton-Alonso! Aquel fue el último título obtenido por un piloto Ferrari hasta la fecha.
El final de aquel campeonato estuvo marcado por el controvertido caso de espionaje del equipo McLaren a Ferrari, finalmente resuelto con la descalificación del equipo británico en el campeonato, lo que le supuso perder el título de constructores, que se fue a parar a manos del equipo italiano.
En aquella carrera hizo su debut en la F1 un joven Sebastian Vettel que aún no había cumplido los veinte años.
Tras una buena calificación, séptimo posición, confirmaba su buen manejo alcanzando una meritoria octava posición final, justo por detrás del... ¡¡¡Red Bull de Mark Webber!!!
La desaparición temporal del calendario de la F1 del Gran Premio de Estados Unidos tuvo su origen en la carrera (¿o quizás deberíamos llamarla farsa?) disputada el 19 de junio de 2005 en el mítico circuito de Indianápolis.
A consecuencia de una fuerte accidente sufrido en entrenamientos por Ralf Schumacher como consecuencia de un desfallecimiento de sus neumáticos Michelin, los pilotos que calzaban esa marca (catorce entre un total de veinte) solicitaron de la organización introducir una chicane en una de las curvas rápidas del circuito, para evitar con ello la fuerte presión a que se veían sometidos sus neumáticos en aquella zona.
Ante la respuesta negativa de los organizadores, los pilotos amenazaron con su no participación en carrera. Los comisarios FIA respondieron con la advertencia de fuertes sanciones a todo aquel piloto que decidiera no participar en ella.
El domingo, los veinte monoplazas estaban perfectamente alineados sobre la parrilla de salida y tras iniciar la vuelta de formación, antes de regresar de nuevo a la parrilla, los catorce pilotos de Michelin tomaron la línea de talleres para entrar en ellos y retirarse. Ante esta circunstancia, se dio la salida con seis monoplazas en pista: Los Ferrari de Michael Schumacher y Rubens Barrichello; los Jordan-Toyota de Tiago Monteiro y Narain Kartikheyan y los Minardi-Cosworth de Christian Albers y Patrick Friesacher.
La auténtica farsa que resultó aquella carrera, estuvo acompañada con la continua protesta de los espectadores (a los que finalmente la organización terminaría devolviendo el importe de sus entradas), algunos de los cuales incluso llegaron a lanzar botes de bebida a la pista.
La representación más patética de toda la historia de la F1 terminó con la victoria de Michael Schumacher, a quien su compañero Rubens Barrichello cedió la primera posición a media carrera y con un podio en el palmarés del portugués Tiago Monteiro, del que jamás se volvió a tener noticias relevantes en el mundo de la F1; al igual que sucediera con Kartikheyan, Albers y Friesacher que consiguieron sumar en aquella ocasión los únicos puntos que, hasta el día de hoy, constan en el exiguo palmarés de cada uno de ellos.
CLASIFICACIÓN FINAL - 2007
- Lewis Hamilton (McLaren-Mercedes).
- Fernando Alonso (McLaren-Mercedes.
- Felipe Massa (Ferrari).
- Kimi Räikkönen (Ferrari.
- Heikki Kovalainen (Renault).
- Jarno Trulli (Toyota).