(Extractos tomados de Sport Auto)
1970 – JOCHEN RINDT – Gran Premio de Mónaco
Jochen Rindt no estaba en forma. No le gustaba el circuito de Mónaco. En el yate, en el que residía durante los días de la carrera, se mareaba. Estaba lejos de los mejores tiempos. Se preguntaba si habría hecho bien rehusando utilizar el revolucionario Lotus 72 en beneficio del antiguo 49C. Tras numerosos abandonos, se encuentra en la quinta posición. Entonces adelanta a Henri Pescarolo y a Denny Hulme. Encuentra su ritmo. Delante de él, Chris Amon rompe la suspensión de su March. Quedan 12 vueltas y Jack Brabham posee 15 segundos de ventaja, pero Rindt no renuncia a la victoria. Gira batiendo el récord de tiempo en cada vuelta, hasta batir el de la “pole” de Jackie Stewart en entrenamientos de clasificación. Al iniciar la última vuelta, no se encuentra más que a dos segundos de Brabham. En la última curva, muy cerca de la meta, Brabham, ya muy nervioso, adelanta a unos doblados sin apartar la vista de sus retrovisores y… se pasa de frenada. Se va contra las balas de paja ¡a cien metros de la línea meta! Rindt pasa la meta como vencedor. La victoria más bella para aquel piloto al que le quedan escasos meses de vida.
(Nota del traductor: Cuatro meses después, Jochen Rindt perdería la vida a consecuencia de un accidente en Monza, durante el Gran Premio de Italia. A pesar de ello, obtendría el Campeonato del Mundo de Conductores de aquella temporada, por delante de Jacky Ickx, siendo el único piloto de la historia de la F1 en haberlo obtenido a título póstumo).
1972 – JEAN PIERRE BELTOISE – Gran Premio de Mónaco
Durante mucho tiempo, Jean Pierre Beltoise representó la renovación en el deporte del automóvil en Francia. Después, con la llegada de François Cévert, se comenzaba a decir que Jean Pierre estaba ya en declive, a pesar de su gesta inacabada en el Gran Premio de Francia de 1970. Pero en Mónaco, el mundo de la F1 comprendió que Beltoise habría sido prodigioso si su brazo izquierdo no hubiera quedado atrofiado tras un accidente, aunque él mismo nunca reconociera esta limitación física. Salvo en pista mojada y trazados lentos, dos circunstancias que atenuaban sus molestias al volante.
Precisamente, llueve en Mónaco. Saliendo de la segunda línea, Beltoise pasa en cabeza por Sainte Devote. Jacky Ickx, Emerson Fittipaldi y los demás no volverán a ver al BRM. En la llegada, Beltoise entra con más de medio minuto de ventaja sobre Ickx, una vuelta sobre Fittipaldi, dos sobre Jackie Stewart… En su larga carrera en la F1, ésta fue su única victoria en un Gran Premio ¡Pero que forma tan maravillosa de conseguirla!
1973 – JEAN-CLAUDE ANDRUET – Rallye de Montecarlo
A tres especiales de la llegada, Jean-Claude Andruet está hundido. Antes de pinchar un neumático en el Turini, creía tener ganada la carrera. De claro líder, había pasado a ser tercero detrás de Ove Andersson y Jean-Pierre Nicolas, los tres con Alpine-Renault. Tras ese percance, Andruet recupera la moral, decide atacar y consigue recuperar la diferencia.
A la salida de la última especial del rallye, la tensión es insostenible. Los tres aspirantes a la victoria, con idénticas monturas, están separados entre ellos por escasos segundos ¿Quién va a ganar?
Andersson se lanza el primero hacia el Col de la Madone: firma un crono de 15’23’’, un segundo menos que en su primer paso. A la llegada, Jean Todt, entonces copiloto de Andersson, se queda en el puesto de cronometraje esperando la llegada de sus rivales. Nicolas viene retrasado, falta de gasolina, no batirá a Andersson. Andruet aparece en tromba. Los cronometradores anuncian su tiempo: 15’11’’ ¡Treinta segundos menos que en su primer paso! ¡Ha ganado Andruet! Michèle Petit “Biche”, copiloto del caprichoso Andruet recordará mucho tiempo después: “Jamás en mi vida, había ido tan rápido en un auto…”
1973 – JEAN-LUC THÉRIER – Rallye de Suecia
Ese año en Suecia, los organizadores habían prohibido los neumáticos con clavos. Un verdadero calvario para los pilotos. Jean-Luc Thérier disputaba este rallye con una Berlinetta (Renault-Alpine con motor y tracción traseros). No era el arma ideal para batirse con los Saab de tracción delantera pilotados por especialistas locales como Stig Blomqvist y Per Eklund. Actualmente, la situación no ha cambiado mucho, Suecia sigue siendo prácticamente un coto privado para los pilotos nórdicos. Si bien esta tradición quedó rota en 2004, cuando el francés Sébastien Loeb con Citröen consiguió la primera victoria en tierras nórdicas.
Cumpliendo las previsiones, los pilotos Saab dominan la lucha, pero Thérier, sorprendentemente, brinda un gran espectáculo, incluso firma varias victorias en especiales. El público sueco descubre a este sorprendente francés y pronto le convierte en su ídolo. Nuestro enviado especial en aquella carrera manifiesta asombrado: “¡Para los suecos, no hay duda, el mejor es Thérier!”.
Al término de una destacada prestación, el francés consigue una meritoria tercera plaza, muy importante en la óptica del Campeonato de marcas (el título mundial para piloto no existía aún en aquella época). Unas semanas más tarde, ganará en Portugal y, al final de la temporada, Renault-Alpine conseguirá el título mundial.
1975 – LELLA LOMBARDI – Gran Premio de España
Rolf Stommelen marchaba primero en el último gran premio de su carrera. En la vuelta 29ª su Lola pierde el alerón delantero y vuela hasta caer detrás de las protecciones, matando a cinco personas, comisarios y fotógrafos. La carrera se suspende. Al no haber transcurrido aún los dos tercios de la carrera, los seis primeros pilotos clasificados tan solo consiguen la mitad de los puntos. En ese momento, Lella Lombardi marchaba sexta. Inmediatamente, todo el mundo repara en que es la primera vez que una mujer figura, con medio punto, en la clasificación del Campeonato del mundo de F1.
Aquel día, la F1 tenía otros motivos más importantes para analizar la importancia real del momento, pero ¡treinta y tres años después! Ninguna otra mujer ha podido igualar lo conseguido aquel día por Lella, cuyo paso por la F1 fue breve y no muy brillante. Ese medio punto permitió a la italiana, fallecida en el año 1992 como consecuencia de un cáncer, figurar para siempre en la historia de la F1.
1976 – NIKI LAUDA – Gran Premio de Italia
Tras su accidente en Nürburgring, estaba en el hospital, inmóvil en su cama, ciego, mudo…, un sacerdote le daba la extremaunción. Un mes después de aquello, Niki Lauda estaba en la salida del Gran Premio de Italia, con la guarnición interior del casco modificada para proteger sus orejas, aún en carne viva. Finalizó la carrera en 4ª posición. Jackie Stewart manifestaría: “Es el acto más valeroso al que he asistido en mi vida.”
A pesar de todo, abandonaría la lucha por el título ese año renunciando a correr bajo la intensa lluvia en el circuito de Monte Fuji, Japón. Lo importante era otra cosa, Niki había vuelto, como demostraría en 1977, obteniendo su segunda corona mundial.
(Nota del traductor: Primer Gran Premio de Japón que se disputaba y última carrera de la temporada, Lauda llegaba en cabeza del campeonato con 3 puntos de ventaja sobre James Hunt. Tras su renuncia a correr, los 4 puntos que consiguió Hunt con su tercera plaza en la carrera, permitieron al británico proclamarse Campeón del Mundo).
1977 – JODY SCHECKTER – Gran Premio de Argentina
Jody Scheckter era duro ante la adversidad y, además, estaba furioso. Cuando firmó durante el invierno con el equipo recién formado por el millonario canadiense Walter Wolf, su monoplaza aún no estaba terminado. James Hunt, campeón en título, había manifestado: “Scheckter hace una buena operación financiera, pero arruina definitivamente su talento.”
Viendo que el termómetro marcaba 30º a la sombra en Buenos Aires, Ken Tyrrell hizo la siguiente predicción: “El más fuerte será el que gane”. En esta primera carrera de la temporada, el Wolf de Scheckter se clasifica 11º en la parrilla, a dos segundos del McLaren de Hunt. Pero el tremendo calor diezma a los participantes. Scheckter atraviesa el pelotón, James Hunt y John Watson abandonan, Carlos Pace, al borde del desvanecimiento, zigzaguea por la recta…, y Scheckter consigue la victoria.
Por primera vez en la historia de la F1, una marca debutante se impone en su primer Gran Premio.
1977 – JACQUES LAFFITE – Gran Premio de Suecia
Era el tiempo de amigos y de “la vie en bleu”. Renault no había desembarcado aún. El F1 francés se llamaba Ligier y rugía con un motor Matra. Jacques Laffite era un divertido camarada y un piloto feliz. El día anterior, había encontrado un banco de truchas. “Buen presagio para mañana”, dijo, poco preocupado por estar 11º en la parrilla de salida.
En la carrera, el francés dio todo lo mejor de sí mismo. Hans Stück, Carlos Reutemann, Jochen Mass, Patrick Depailler y James Hunt se rendían ante él. A 30 vueltas de la llegada, Jacques marchaba segundo, a 23” del Lotus de Mario Andretti. A 10 vueltas, la diferencia estaba aún en 16”, era demasiado. Pero el americano entra en sus talleres, problema de gasolina. Laffite y Ligier ganan su primer gran premio. Aquel día no sonó el himno en honor de los vencedores, los suecos no habían adquirido la “Marsellesa”. Sin duda, no tenían conocimiento del imprevisible Laffite.
1979 – BERNARD DARNICHE – Rallye de Montecarlo
Antes del inicio de la etapa final del rallye, Björn Waldegaard consideraba seriamente conseguir su tercera victoria en Montecarlo. El piloto sueco, a bordo de su Ford Escort, marchaba claramente destacado en cabeza de la clasificación provisional. Bernard Darniche estaba lejos de él, a más de seis minutos…, pero llegaba la famosa noche del Col del Turini.
El terreno estaba, como casi siempre, bastante delicado, con tendencia a seco pero con peligrosas placas de hielo. Ford no contaba con los neumáticos idóneos para esta circunstancia. Entonces, Darniche decide intentar una apuesta de poker: opta por calzar sus neumáticos “slicks”. Una decisión muy arriesgada, pero que le da buen resultado: después de tres especiales, el piloto de Lancia-Chardonnet ha recuperado ¡tres minutos al líder! Markku Alen manifestaba sorprendido: “¡Lo que hace este hombre es fantástico!”
A lo largo de aquella noche loca, Darniche continuó su deslumbrante festival y ganó la prueba con solamente ¡seis segundos de ventaja sobre el sueco, tras más de ocho horas de especiales cronometradas! Más tarde, se sabría que algunos desalmados espectadores habían colocado piedras en la carretera al paso de Waldegaard. A pesar de ello, la remontada de Darniche, con sus diez mejores tiempos en las diez especiales, quedaría marcada como una hazaña memorable.