Fuji: duelo final, 24 de octubre de 1976

Johnny Rives (*) / Sport Auto – Septiembre 2012

Niki Lauda, gravemente accidentado en Nürburgring, había visto como su ventaja en el campeonato se evaporaba y en Japón, bajo un auténtico diluvio, James Hunt le batió por K.O. Este dramático duelo inspiró a Hollywood, su resultado es la película «Rush» de Ron Howard.

¿Cómo podrá Chris Hamsworth arrebatar a Daniel Brühl el título de campeón del mundo F1? El cineasta americano Ron Howard, por mediación de estos dos actores, es el encargado de hacer revivir el famoso duelo que enfrentó, en 1976 en el circuito del Monte Fuji en Japón, a James Hunt con Niki Lauda por la conquista del título supremo. la película que ha realizado se estrenará en 2013 (**).

Japón, 1976 - Pese a la ligera ventaja del austriaco, Niki Lauda y James Hunt se jugaban el campeonato en la última carrera de la temporada
Japón, 1976 – Pese a la ligera ventaja del austriaco, Niki Lauda y James Hunt se jugaban el campeonato en la última carrera de la temporada

Las pasadas experiencias como «El círculo infernal» («The Racers» en título original, 1955), de Henry Hathaway, «Grand Prix» (1966) de John Frankenheimer, «500 Millas», (1969), de John Foreman invitan a cierta desconfianza. Generalmente, para seducir al gran público, la receta en el cine suele ser la de complicar la trama, si bien los acontecimientos que condujeron al dramático final de Monte Fuji entre Hunt y Lauda no necesitan ningún artificio, ya que constituyen por sí mismos una de las páginas más relevantes de la historia de la F1.

Aquella temporada 1976, Niki Lauda, bajo el impulso del título conquistado el año anterior, la había iniciado de manera arrolladora. Con su título de campeón, había sabido explotar maravillosamente las cualidades de su Ferrari T2 dominando arrolladoramente la primera mitad del campeonato, cuando, el primero de agosto, la F1 abordaba la terrible prueba de Nürburgring (el verdadero, el grande: 22,835 km).

Lauda disponía de una enorme ventaja sobre su rival más próximo, James Hunt: 61 puntos contra los 26 del británico; incluso, a pesar de que éste último podía felicitarse ante la benevolencia de la Federación que le había reintegrado la victoria obtenida el 2 de mayo en el Jarama, en el gran premio de España, donde su McLaren había sido descalificado por los comisarios técnicos por una excesiva anchura, relegando al austriaco a la segunda posición.

Algunas semanas más tarde, en Brands Hatch, James Hunt sería nuevamente descalificado, esta vez en firme, en beneficio de Lauda. Era lo que en el fútbol se denomina como… «penalti de compensación».

La extremaunción a Lauda

Japón, 1976 - Tras la disputa de una vuelta, y ante unas condiciones infernales en pista, Niki Lauda decide abandonar la carrera, dejando vía libre para el título  a James Hunt
Japón, 1976 – Tras la disputa de una vuelta, y ante unas condiciones infernales en pista, Niki Lauda decide abandonar la carrera, dejando vía libre para el título a James Hunt

Llegando a Nürburgring con 35 puntos de ventaja, Lauda podía contemplar el futuro con confianza. Fue entonces cuando todo se le volvió en contra. Insatisfecho de la estabilidad de su Ferrari sobre la acrobática pista del Eifel, fruncía el ceño en la salida, a pesar de su posición en primera línea de parrilla junto a Hunt, que había firmado una fantástica «pole position» en 7’6»15 en el «kolossal» tobogán alemán.

Un aguacero cayó antes de la salida, animando a los pilotos a colocar sus neumáticos de lluvia…, a excepción del alemán Jochen Mass, compañero de equipo de James Hunt y buen conocedor del circuito, que optó por los slicks en su McLaren.

Tras completar una vuelta, la mayoría de los pilotos se detuvieron para imitar la decisión de  Mass, entre ellos Lauda. Esto le supuso incorporarse a pista entre los rezagados, aquellos que estarían mezclados en su accidente y que luego le prestarían socorro.

El drama se produjo entre el puente de Adenau y la subida hacia el Carrousel. Lauda perdió el control de su Ferrari que tocó las protecciones antes de ser golpeado por Lunger y Hertl e incendiarse. Ambos pilotos se lanzaron a socorrerle, aunque resultó decisiva la intervención de Guy Edwards y, sobre todo, la de Arturo Merzario, que consiguieron rescatarle de las llamas.

A lo largo de cuatro largos días, se temió seriamente por su vida, incluso un sacerdote se acercó hasta su cabecera para administrarle la extremaunción. Pero después, Lauda tuvo un restablecimiento milagroso.

Japón, 1976 - En unas condiciones muy adversas, James Hunt arriesgaba en su lucha por situarse entre los tres primeros clasificados, condición indispensable para alzarse con el campeonato tras la retirada de Lauda
Japón, 1976 – En unas condiciones muy adversas, James Hunt arriesgaba en su lucha por situarse entre los tres primeros clasificados, condición indispensable para alzarse con el campeonato tras la retirada de Lauda

Duramente marcado por el terrible accidente, Lauda impresionaba a todo el mundo efectuando su regreso seis semanas más tarde en Monza y, más aún, clasificándose cuarto en el gran premio de Italia…

Entretanto, Hunt había reducido considerablemente la diferencia triunfando en Alemania y en los Países Bajos, antes de imponerse de nuevo, esta vez ya en presencia de Lauda, en Canadá y Estados Unidos. Por lo que, al llegar a Japón, los dos aspirantes al título mundial no estaban separados más que por tres puntos de diferencia ¡Lauda aún encabezaba el baile con 68 puntos por los 65 de Hunt!

«Cálmate, tú eres el campeón»

La atmósfera era extraña en el momento de abordar esta prueba. Tan extraña como el circuito elegido para el gran acontecimiento: el trazado de Fuji, absolutamente falto de carácter.

Guardo aún el recuerdo de la cena que precedió a los entrenamientos. En el salón del restaurante del hotel en el que se alojaban los pilotos, rodeado de amigos, Lauda sacaba a relucir su buen humor de una forma inusual con respecto a la sobriedad personal que le caracterizaba.

Sin embargo, James Hunt, habitualmente divertido, presentaba una actitud sombría entrando en el comedor. Encorvado, cabeza baja, era como si soportase penosamente el peso de la situación que iba a enfrentarle a Lauda. Al tímido saludo que dirigió a su rival, el austriaco respondió con una franca sonrisa amistosa. Parecían haber intercambiado sus personalidades.

Después de las calificaciones, en las que Andretti arrebató la «pole» a nuestros dos héroes, de repente, el domingo parecía que la carrera no podría disputarse. Una enorme catarata se abatía sobre el circuito ¡un auténtico diluvio! ¡¡¡La pista estaba impracticable!!! Todos los pilotos estaban de acuerdo allá abajo, incluidos Hunt y Lauda. Pero las exigencias horarias de «mundovision» se mantuvieron inmutables. A pesar de las espantosas condiciones, se dio la salida a los veinticinco calificados.

Cincuenta géiseres surgieron por el patinaje de las ruedas motrices, entre los que Hunt emergió audazmente. Los demás quedaron cegados por las proyecciones opacas de las nubes de agua. Tras pasar en décima posición una vez completada la primera vuelta, Lauda entra en su taller en la segunda, sale de su Ferrari y recoge sus pertenencias para… ¡ir a tomar el primer avión! ¡¡¡El ingeniero Forghieri está furioso!!!

Finalizada la carrera, James Hunt salva rabioso sobre Teddy Mayer, director del equipo McLaren, aún no sabe que acaba de proclamarse... ¡Campeón del Mundo!
Finalizada la carrera, James Hunt salva rabioso sobre Teddy Mayer, director del equipo McLaren, aún no sabe que acaba de proclamarse… ¡Campeón del Mundo!

Para Hunt, la vía no estaba libre del todo: aún le quedaba dominar los elementos. Después de la lluvia, la pista comenzó a secarse rápidamente, deteriorando los neumáticos. A Hunt le reventó uno de ellos, por suerte para él, justo antes de entrar en talleres. La parada, por imprevista, resulto muy larga.

A la llegada de la carrera, creyéndose quinto, Hunt se lanzó sobre Teddy Mayer, director del equipo McLaren, agarrándole las solapas y agitándole rabiosamente como a un ciruelo. «¡Cálmate, cálmate!» le gritaban los mecánicos, «¡eres tercero y campeón del mundo!» Entonces Hunt rompió a reír, abrazando a todo el mundo y se marchó sin subirse siquiera al podio, para no perder tampoco su avión…

              Clasificación final

  1. Mario Andretti (Lotus-Ford 77) – 1h 43’58»86 (183,615 km/h)
  2. Patrick Depailler (Tyrrel -Ford P34)
  3. James Hunt (McLaren-Ford M23)
  4. Alan Jones (Surtees-Ford TS19)
  5. Clay Regazzoni (Ferrari 312 T2)
  6. Gunnar Nilsson (Lotus-Ford 77)

 

 

(*) Johnny Rives trabajó en la rúbrica “auto” de L’Equipe de 1960 a 1996, en Sport-Auto de 1973 a 1980 y en la TF1 (Televisión francesa) de 1993 a 1996.

(**) Nota del traductor: El presente artículo fue publicado en septiembre de 2012.

(Traducción de Santiago Criado)

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