Montreal, 11 de junio de 1995

Jean Alesi, con cerca de cuarenta y ocho años, va a alinearse en las 500 Millas de Indianápolis. Es el momento oportuno de recordar su famosa victoria en el Gran Premio de Canadá, su única victoria en la fórmula 1.

A pesar de las deslumbrantes proezas de sus inicios en la F1 con el equipo de Ken Tyrrell, Jean Alesi no había conseguido aún inscribir una victoria en su palmarés después de disputar noventa grandes premios. Sin duda, esta injusticia fue lo que más le valió para recibir tantas felicitaciones cuando triunfó, al fin, en el Gran Premio de Canadá de 1995.

Jean Alesi, con el Ferrari 412 T2 , se dirige hacia su primera, y única en su carrera, victoria en la F1.

Una victoria, a pesar de todo, afortunada a la vista de otras carreras en las que hubiera merecido ese objetivo tan envidiado. Pero, como frecuentemente se dice, no es más que el resultado lo que cuenta. Sobre todo en el deporte. Y aquel 11 de junio de 1995, la suerte finalmente le favoreció, activando un movimiento de simpatía general a lo largo de todo el paddock del circuito Gilles Villenueve de Montreal.

Remy Guillot, de Marlboro-Francia, atestigua: «No he visto jamás a los mecánicos de otros equipos aplaudir con tanta satisfacción la victoria de un adversario.» ¿Los otros equipos? Williams, McLaren, Jordan, Ligier, sin olvidar Tyrrell, donde su talento había eclosionado cinco años antes. Incluso Benetton, donde ciertamente podían resentirse de cierta amargura por Michael Schumacher, su porta-estandarte, claro dominador aquel día (**), como a menudo nos acostumbraría…

Olivier Panis, que obtuvo una meritoria cuarta plaza con su Ligier, tuvo la elegancia de controlar su propia satisfacción en beneficio de Alesi: «Nuestro Ligier está  progresando, comentaba. Estoy contento de mi cuarta plaza por todo nuestro equipo. Pero hoy, lo más bonito ha sido la victoria de Jean. Realmente…  ¡se la merecía!»

¡Realmente esperada!

Jean Alesi, en la imagen detrás de su compañero Berger, siempre soñó con pilotar para Ferrari.

Eddie Jordan, con el que Alesi había sido campeón de Europa de F3 en 1989, hubiera podido proclamar su satisfacción al ver en el podio de este memorable gran premio de Canadá a sus dos pilotos, Rubens Barrichello (2º) y Eddie Irvine (3º), pero no lo hizo, si no que manifestó algo diferente: «Siempre pensé que sería muy feliz el día de la primera victoria de Jean. Pues bien… ¡hoy lo estoy!» Seguramente, el excelente resultado obtenido por los dos Jordan con motor Peugeot fue festejado como merecía en el seno del equipo inglés, lo que no impidió que algunos mecánicos se escapasen a escondidas para ir hasta el taller de Ferrari y felicitar al piloto francés cuando regresó tras su conferencia de prensa.

Pero ¿Porqué Jean Alesi tuvo que esperar tanto tiempo antes de poder ganar en la F1? ¿Porqué no ganó antes? En 1990, después de su duelo con Ayrton Senna en Phoenix, todas las puertas de la F1 parecían abrirse ante él. Ese fue notablemente el caso del equipo Williams-Renault, entonces en plena ascensión, que deseaba contratarle. Hubiera constituido el soñado trampolín hacia el éxito. Pero Alesi tenía otro deseo: pilotar para Ferrari.

Un fallo electrónico en el Benetton de Michael Schumacher, permitió la única victoria de Alesi en la F1

Francés, descendiente de italianos, soñaba con el día en el que pudiera formar parte de la «Scuderia«. La oportunidad se presentó a la vez que la de Williams en 1991 y Alesi, animado por las brillantes prestaciones de los Ferrari en 1990, no dudó. Más aún sabiendo que sería compañero de equipo del más prestigioso piloto francés del que anhelaba seguir sus pasos: Alain Prost ¡Error! A pesar de las apariencias, fue una apuesta equivocada, Ferrari, sin que nadie lo hubiera previsto, abordaba un horrible período de fracasos cuando Alesi se incorporó al equipo. Incluso Prost en 1991 no pudo realizar lo imposible: ganar.  Esta mala situación se alargó durante varias temporadas, en perjuicio de Alesi y en el de Gerhard Berger, que había reemplazado a Prost.

Llevado hasta su taller por Schumacher

Sin embargo, la situación comenzó a mejorar en Ferrari desde que Jean Todt fue nombrado director el 1 de julio de 1994. Ya antes de la victoria de Alesi en el Gran Premio de Canadá, tras el inicio de la temporada 1995, la «Scuderia» había conseguido colocar a uno de sus pilotos en el podio de forma permanente. El francés había obtenido dos segundas posiciones, Argentina e Imola (San Marino), y Berger cuatro terceras plazas, Brasil, Imola, España y Mónaco.

En Montreal, Alesi, quinto en el primer paso por meta, ascendió rápidamente hasta la tercera posición para, arrastrando a su compañero Gerhard Berger en su estela, partir en persecución de Damon Hill (Williams-Renault), al que desbordaba a costa de una soberbia frenada antes de la horquilla.

En cabeza, Schumacher con su irresistible Benetton-Renault había tomado una ventaja sustancial. Tras los repostajes, medio minuto le separaba del Ferrari más rápido, hasta que un fallo electrónico anulaba su ventaja abriendo una autopista libre para Alesi, totalmente feliz por encaminarse hacia una afortunada victoria, al menos en aquella ocasión, pero muy merecida por el conjunto de su carrera.

Michael Schumacher, amablemente, lleva a lomos de su Benetton al vencedor, Jean Alesi, hasta su taller

Su victoria fue acompañada de una circunstancia inesperada: tras quedarse sin gasolina poco después de atravesar victoriosamente la línea de llegada, tras descender de su Ferrari inmóvil sobre la pista, Alesi fue llevado hasta su taller por el mismo Schumacher, quien, todo sonriente, tuvo la amabilidad de subirle a horcajadas en su Benetton ¡Todo un símbolo!

Entre los numerosos comentarios que generó su victoria, el más emotivo fue sin duda el de Eddie Irvine que, al volante de su Jordan-Peugeot, se había clasificado tercero: «El ambiente del podio, con Jean ganando su primer gran premio y con Ferrari que se reencontraba con la victoria con el número 27 del que todo el mundo hablaba (**) era para no perdérselo ¡Qué felicidad haber podido estar allí!«

              Clasificación final

  1. Jean Alesi (Ferrari 412T2)
  2. Rubens Barrichello (Jordan-Peugeot 195) a 31’’477
  3. Eddie Irvine (Jordan-Peugeot 195) a 35»980
  4. Olivier Panis (Ligier-Mugen Honda JS41) a 41»314
  5. Michael Schumacher (Benetton-Renault B195) a 44»676)
  6. Gianni Morbidelli (Footwork – Hart FA16) a 1 vuelta.

 

(*) Michael Schumacher lideraría la carrera durante las 57 primeras vueltas de una carrera disputada a un total de 68, en la que tan solo nueve pilotos, de los veinticuatro participantes. consiguieron pasar bajo la bandera de cuadros.

(**) El «27» era el número fetiche del desaparecido Gilles Villeneuve, atribuido en aquellos momentos a Jean Alesi.

Johnny Rives / Sport Auto – Agosto 2012 / Johnny Rives trabajó en la rúbrica “auto” de L’Equipe de 1960 a 1996, en Sport-Auto de 1973 a 1980 y en la TF1 (Televisión francesa) de 1993 a 1996.

 

Deja una respuesta

Translate »